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Es cierto, es terrible la muerte y el terrorismo, y es terrible que existan personas que asesinen en nombre de una religión o una cultura manchando todo su nombre y tachándola de mil cosas que, en su mayoría popular, no es la definición. Pero no voy a comentar eso, porque no creo que haya alguien que no lamente asesinatos de inocentes. Sin embargo, si sé que hay muchísima gente empeñada en la misión de expandir el racismo y la islamofobia, atacando a la inmensa mayoría de la comunidad árabe y musulmana que, después de este tipo de acontecimientos, son también víctimas, ¿o a caso ahora alguien está en contra contra las nuevas políticas que preparan los gobiernos para »prevenir» la entrada de musulmanes?
Esta xenofobia continua por la cual es famoso nuestro país y de la cual no se conoce ni su origen ni su fin ha estallado a mediados de Enero a raíz del atentado fundamentalista a Charlie Hebdo y Cía. en el que unos individuos que se hacían llamar musulmanes asesinaron a los miembros de una revista satírica en nombre de Allah. El dibujante de la revista colocó en portada una caricatura de Muhammed (Mahoma), a modo de mofa según se ha comentado.
No recuerdo bien una sora del Corán que decía algo así como »no dar imagen a aquello que no puedas darle vida», si alguien supiese la sora exacta, se lo agradecería muchísimo y aunque no he hecho una transcripción literal, pido mil disculpas por adelantado, no lo pretendía y no pretendo ofender a nadie.
La pregunta que después de esto todos nos hemos hecho es, ¿tiene límites la libertad de expresión? y para mi sorpresa la mitad del globo terráqueo tiene claro que eso es una palabra vacía, y que puedo herir todo aquello que conozco siempre que sea con fines satíricos. No estoy yo tan segura si tendrían tan clara la libertad de expresión si las risas fueran con problemas del primer mundo: el cáncer, los desahucios, a ti que mañana te echan de casa con tus tres hijos y te jodes jajaja joder que gracioso. ¿Ya no reímos tanto verdad? Quizá la libertad de expresión si tiene una frontera que está en el dolor de los demás. Un creyente religioso no siente más amor que el que siente por su divinidad, y eso es algo que todos sabemos, porque el terrorismo religioso al fin y al cabo es producto de un fanatismo, enloquecedor, como todas las obsesiones. Cómo digo, es algo que sabemos, y aún así existe gente, sobre todo los que se hacen llamar artistas, que se creen con todo el poder para romper todo aquello que los demás aman.
No justifico ninguna muerte, nadie mereció morir aquel día en París, pero yo jamás seré Charlie porque no puedo creer en una libertad de expresión en la que no existe respeto, y ellos jamás han sabido si quiera lo que eso significaba, salvo para sus problemas de Occidente donde todos son hermanos. Hoy todos son Charlie, pero me gustaría ver quién es algún día Siria, Palestina o la martirizada África, que ellos también están siendo asesinados CADA DÍA.
Esta es mi opinión, ¿Me cuentas qué opinas tú?
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